Los Devas Lunares.

V.B. Anglada


Entendemos por Devas lunares, dentro de nuestras investigaciones esotéricas, a todas aquellas numerosísimas huestes dévicas de tipo inferior, laborando misteriosamente dentro de la sustancia material para construir las formas más densas en cada uno de los tres planos físico, emocional y mental del planeta. La tradición esotérica y mística transmitida a través de las edades por los verdaderos CONOCEDORES del mundo oculto, nos asegura que toda sustancia material utilizada en nuestro planeta es de origen lunar y es un legado histórico que los PITRIS, o grandes Adeptos lunares, transmitieron a la Tierra hace muchos millones de años en respuesta a ciertas necesidades planetarias en orden al proceso general de la evolución solar.

Lo cierto es que desde incontables edades nuestro Logos planetario viene utilizando aquella sustancia material -carente de principio creador- prefabricada, si podemos decirlo así, durante el largo ciclo de la evolución lunar, siendo aquel legado histórico o herencia kármica, uno de los principales fundamentos de la evolución de los Reinos inferiores de nuestro mundo, es decir, el mineral, el vegetal, el animal y de los cuerpos físico, astral y mental inferior o concreto del Reino humano. Se nos dice esotéricamente al respecto que con la oleada de vida material o sustancia lunar, vinieron también una considerable cantidad de devas lunares los cuales habían terminado completamente su misión en nuestro satélite y debían iniciar aquí en la Tierra un nuevo período evolutivo, siendo tales devas los que en nuestros estudios esotéricos sobre los Ángeles denominamos los Agentes sustanciadores de la Energía.

Algunas de sus cualificadas jerarquías constituyen el ingente grupo de los elementales constructores a los cuales nos hemos referido abundantemente durante el curso de este Tratado.

Ahora bien, nuestra consideración esotérica acerca de los devas lunares deja abierta en las mentes el gran interrogante que más de una vez habrá intrigado a los sinceros investigadores del mundo oculto... ¿Qué es de la Luna en el momento presente? La Luna, tal como se sabe, es un astro muerto, siendo la prueba de ello -al menos dentro de las concepciones lógicas que surgen de la utilización del principio de analogía- que carece de rotación, siendo el movimiento de rotación un misterio que será resuelto en el curso de cierta iniciación planetaria. Una de las ideas que han podido ser captadas a través de la laboriosa serie de investigaciones esotéricas, es que la Luna carece de rotación o de movimiento individual e independiente porque en el centro de su masa de materia no hay FUEGO que la vitalice y dinamice, tal como ocurre con los demás cuerpos planetarios del Sistema en donde el Kundalini solar -el tercer aspecto ígneo de la Divinidad- hace sentir su dinámica presión.

Así, pues, el hecho de que la Luna sea un cuerpo muerto la sitúa en nuestros comentarios esotéricos, siempre de acuerdo con el inapelable juicio crítico de la analogía, en la posición de cualquier cuerpo orgánico muerto en la vida de la Naturaleza, es decir, que se halla en pleno proceso de desintegración. Tal desintegración -al igual que ocurre con todos los demás cuerpos físicos en ese estado- emite unas radiaciones negativas que afectan poderosamente su entorno, siendo nuestro planeta Tierra el más afectado por ellas, en orden a su proximidad y también por efecto de una misteriosa vinculación kármica.

Existen, como Uds. saben, ciertas previsiones planetarias desarrolladas por las naciones más cultas y civilizadas o con mayores medios técnicos a su alcance, acerca de lo que podríamos definir saneamiento de la ecología terrestre. Poco se realiza, sin embargo, en orden a lo que podríamos definir como ecología extraterrestre, la cual deberá ocupar un lugar preferente dentro de la atención mundial en el devenir de las próximas décadas, a medida que la Tierra se haga más sensible a las influencias cósmicas. Ahora bien, el problema que plantea nuestro satélite la Luna, siguiendo las directrices de una adecuada ecología extraterrestre, es de orden inmediato y no admite dilaciones. Hay unas definidas influencias negativas de la Luna sobre nuestro planeta, las cuales, observadas desde el ángulo esotérico, producen los siguientes resultados:

A) Incrementan la actividad de los devas lunares de todos los órdenes y jerarquías en la vida de la Naturaleza, así como la de aquellas otras criaturas dévicas planetarias situadas en el arco descendente o de la involución en nuestro mundo.

B) Activan poderosamente las condiciones nocivas de los gérmenes, virus y bacterias causantes de todas las enfermedades físicas planetarias, produciendo trastornos de orden general y ensombreciendo el aura de salud de la Raza que es la ofrenda universal de los devas dorados que transmiten energía solar.

C) Revitalizan a extremos insospechables las formas psíquicas o egregores negativos que gravitan sobre los ambientes planetarios, determinando enfermedades de tipo nervioso, altas tensiones emocionales y dificultades de integración mental en la vida psicológica de los seres humanos.

D) Estimulan la actividad de los obscuros devas grises del planeta, cuya misión es estructurar los vehículos físicos de las formas animales más densas en la vida de la Naturaleza, algunas de las cuales realizan su evolución en las regiones más profundas e inaccesibles de los océanos o en ciertos ignorados niveles geológicos del planeta. Estas formas de vida animal, gigantescos peces y monstruosos reptiles, completamente trascendidas desde el ángulo de la evolución del Logos planetario, constituyen un obstáculo evidente para la buena marcha de la evolución total en la vida de la Naturaleza.

E) Intensifican la corriente vibratoria que une a los devas lunares de más densa vibración con los devas planetarios de las sombras, responsables del miedo psicológico a lo desconocido, a la oscuridad, al proceso natural de la muerte y de las dudas humanas con respecto a la inmortalidad del alma.

F) Establecen y mantienen una constante sintonía entre las radiaciones negativas que se nutren de las sustancias etéricas producidas por efecto de la desintegración lunar y las que provienen de los devas inferiores del propio planeta, los cuales se alimentan de la densa sustancia etérica procedente de los cuerpos y organismos físicos fallecidos y en proceso de putrefacción o descomposición, dentro de las áreas físicas de la Naturaleza.

Démonos cuenta, al llegar a este punto, de la necesidad de que sean adoptadas prudentes e inmediatas medidas de saneamiento y de control de las adversas condiciones ecológicas del mundo. Una de ellas, la aparentemente menos nociva, pero que ocultamente es la más perjudicial, tiene que ver con el fenómeno físico de la muerte y sus posteriores consecuencias en el orden ecológico ambiental, siendo la cremación de cadáveres, esotéricamente hablando, la técnica más perfecta y conveniente para liberar los despojos mortales, ya sean de personas o de animales de la acción condicionante del karma físico, por cuanto permite la rápida liberación de elementos dévicos que operan sobre la sustancia material y que, lógicamente, se hallan presentes durante el proceso de desintegración de la misma, de ahí que será sagrado -desde el ángulo oculto- el día en que la humanidad como un todo se decida inteligentemente por el método de cremación o de incineración de los cuerpos en los cuales se ha producido el fenómeno físico de la muerte.

Habrá entonces, según lo que hemos razonado anteriormente, mucha menos contaminación física y astral, por cuanto se habrá logrado restituir rápidamente mediante el poder del fuego -el único y verdadero elemento transmutador de la Naturaleza- los átomos ultérrimos, llamados esotéricamente ANUS, a su fuente universal de procedencia, el éter primordial del Espacio, sin pasar por los estados agónicos y dolorosos del elemento tierra, ni por las mil tribulaciones astrales que implica la permanencia de materia etérica densa alrededor de los cuerpos físicos en lento proceso de desintegración, con la consiguiente creación de focos infecciosos en el aura astral o psíquica del planeta que favorecen la permanencia de larvas y cascarones astrales, vivificados o energetizados por entidades dévicas de inferior vibración, cuyas vidas elementales se nutren precisamente de la densa sustancia etérica que se desprende de estos despojos físicos de seres humanos y de animales en período de descomposición.

Todo es empezar, tal como vulgarmente se dice, y, si se inicia la nueva fase ecológica del mundo con un riguroso sistema de cremación de las formas físicas gastadas en el seno de la Naturaleza, una mayor oportunidad de sutilización habrá para los éteres del espacio que constituyen el aura del planeta y a través de los cuales llegan a nosotros las energías sutiles correspondientes a los niveles superiores de nuestro Sistema solar.

Otra manera altamente nociva y peligrosa de contaminación ambiental es la producida por el mantenimiento artificial de formas muertas, bajo apariencias de vida, mediante la técnica de momificación y de embalsamamiento de los cadáveres. El problema se agudiza cuando estas formas momificadas son expuestas a la curiosidad del público, tal como ocurre en el caso de los museos y centros de enseñanza específica sobre etnología, medicina, ciencias naturales, etc., pues las radiaciones que emiten tales cuerpos artificialmente integrados, son altamente perjudiciales y pueden llegar incluso en determinados casos a interferir magnéticamente en la vida de los Egos que los utilizaron.

En un concilio de la Jerarquía planetaria celebrado hace unos años, se planificó una actividad jerárquica destinada a destruir progresivamente las formas psíquicas creadas en los ambientes mundiales por las radiaciones etéricas de estas formas momificadas, cuyo proceso de desintegración natural fue detenido artificialmente. Una de sus inmediatas previsiones fue seleccionar de entre los distintos Ashramas de los Maestros, algunos grupos de discípulos altamente cualificados para esta misión, los cuales fueron intensamente entrenados en el arte de disolver las formas psíquicas que por afinidad vibratoria se agrupaban en torno de los lugares en donde se guardan restos humanos y cuerpos momificados.

El experimento jerárquico y el trabajo de los discípulos prosigue con éxito en el intento de paliar los efectos de aquellas causas, aunque se espera con gran interés y expectación por parte de la Jerarquía de Maestros, la decisión humana de destruir definitivamente y por el poder alquímico del fuego, todas aquellas formas cristalizadas y adulteradas en su natural proceso de desintegración. Otra de las misiones encomendadas a tales discípulos -según hemos podido observar- es colaborar también con los grupos de devas luminosos de los subplanos superiores del plano físico en el trabajo de sanear los pesados y negativos ambientes creados alrededor de los hospitales, cementerios y otros lugares de sufrimiento humano, tales como las prisiones, los manicomios y los hogares sin armonía, así como los pesados ambientes psíquicos que se estructuran en los mataderos de animales y en todos aquellos lugares del planeta en donde existen grandes conflictos y profundos sufrimientos humanos.

Todas estas densas vibraciones contribuyen -como Uds. podrán comprender- a elevar el índice de contaminación ambiental y si bien hay muchos grupos de Ángeles trabajando en el sentido de la purificación de los ambientes planetarios, secundados activamente por los numerosos discípulos entrenados en la técnica de destrucción de las formas psíquicas negativas que envuelven los éteres planetarios, se precisa realizar un esfuerzo todavía mayor y de conjunto con la participación de los aspirantes espirituales y hombres y mujeres de buena voluntad del mundo, para que puedan ser apreciados efectos realmente espectaculares dentro de aquel vasto plan de saneamiento psíquico proyectado por los augustos Responsables del Bien planetario.


Vicente Beltran Anglada
CONVERSACIONES ESOTERICAS
http://www.sabiduriarcana.org/

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