Mitos de las Pléyades.

Pleyadianos


... Esto (parte del texto) empezó hace muchos años como una aventura de la conciencia inspirada originalmente por las sociedades secretas alemanas, cuyas raíces se pierden en la antigüedad. Las tradiciones de estas sociedades, sin excepción, se retrotraen a la Atlántida y a su hogar en las estrellas, las Pléyades, aunque no se ha dicho gran cosa públicamente.

Las Pléyades son uno de los objetos más llamativos del cielo nocturno. Aunque aparecen como siete estrellas para aquellos que tienen buena vista, o seis para otros, en realidad existen más de 250 estrellas en la constelación de las Pléyades y sus órbitas están todas muy juntas. En otras palabras, no se desplazan mucho con relación a sus compañeras.

Casi todas las mitologías de la Tierra, si no todas, han mencionado a las Pléyades en sus tradiciones orales o escritas y las consideran o bien sagradas o la fuente de la qué surgió la vida. Se construyeron siete cámaras en la Gran Pirámide para conmemorar estas siete estrellas. Los árabes y los bereberes creían que eran la sede de la inmortalidad, mientras que los dayak de Borneo las consideraban el punto central del universo. Las leyendas sudamericanas indican que las Pléyades estaban habitadas por dioses que visitaron la Tierra. Los mayas se consideraban «hijos de las Pléyades».

En los siguientes capítulos he recopilado las informaciones mitológicas que generalmente se pueden encontrar sobre las Pléyades, les he sacado el polvo y las he expuesto de manera que se puedan comprender fácilmente. Los he escrito de forma que resulten coherentes con la información contenida en este libro, con comentarios adicionales que me han parecido oportunos. Me basaré principalmente en las versiones griegas y romanas, puesto que en estas tradiciones la literatura es más abundante. Empezaré con la creación del universo y después exploraré la línea ancestral, en términos mitológicos, que dio como resultado la creación de las Pléyades.

Al principio había la nada (o caos) y de esta nada surgió el principio creador o generador conocido como Madre Tierra o Gea. Mientras dormía dio a luz a un hijo llamado Urano (el equivalente griego del hebreo Metatrón). Mirándola con cariño, Urano vertió una fértil lluvia en sus pliegues más recónditos y ella respondió manifestando la naturaleza: las aves, los árboles, las flores y los animales. Juntos tuvieron muchos hijos, pero los doce más poderosos eran conocidos como los Titanes. Seis eran varones y seis hembras. Urano poseía formidables poderes creativos, entre ellos el de la creación del electrón. La astrología nos dice que posee todos los secretos del electromagnetismo. Sus creaciones eran más fuertes que él mismo, lo que quedó simbolizado por la rebelión de sus hijos y su castración. Esto tiene un paralelismo en la caída de Lucifer que cuenta la Biblia, ya que Saturno o Satán era el cabecilla de los Titanes.

Los griegos llamaban Cronos a Saturno (que corresponde al Melquizedec de la tradición hebrea), que significa tiempo. Cronos devoró a sus hijos para evitar sufrir el mismo destino que su padre. Esto no solamente simboliza la creación de una línea temporal sino que ilustra el hecho de que el tiempo consume a todos aquellos que se atreven a vivir en este universo. Su símbolo era la guadaña, que había obtenido de su madre y que había utilizado para castrar a su padre. Saturno o Cronos también ha sido representado como la Parca con su guadaña.

Saturno tenía un hermano, Océano, que es la personificación divina del elemento agua. Envuelve a la Tierra como un inmenso río donde todo es creado y al final todo regresa para morir. Esta analogía es símbolo de un anillo toroidal (véase Glosario) o del cinturón de Van Alien, donde se dice que se guardan los archivos akásicos. Es él quien fertiliza la Tierra con los ríos y el agua.

Océano tenía una esposa llamada Tetis que era la madre eterna de los manantiales. Juntos tuvieron a las Oceánidas, una multitud de ninfas que vivían en el fondo del mar. Una de las más destacadas fue Climene, que se casó con el titán Japeto, otro hermano de Cronos.

Tuvieron a Prometeo y a su hermano Atlas, que sería el padre de las Pléyades.

Entretanto, Cronos había estado devorando a sus hijos por miedo a que lo destronaran, como él había hecho con su propio padre, Urano. En lugar de ello, su esposa Rea, de linaje titánico, le engañó cuando estaba a punto de comerse a su hijo pequeño, Zeus. Ella cambió el bebé por una piedra. Zeus destronó a su padre y se convirtió en el más poderoso de todos los dioses.

Aunque el propio Cronos había trastocado en cierto grado la línea temporal original, su reino estaba mucho más cercano al de la creación que el de Zeus. La piedra que Rea le dio a comer iluminó a Cronos. En mitología las piedras significaban un receptáculo de conocimientos o una serie de acciones. Actualmente esto se definiría como las capacidades de programación de los cristales. Después de todo, los cronómetros están basados en el cristal. Después de ser destronado y de asimilar el conocimiento del cristal, Cronos se arrepintió. Zeus sería conocido como Júpiter o Jehová, e iba a desatar un reino de terror como nunca antes había experimentado la humanidad. Cronos se marchó a Italia, donde se le conocería como Saturno, y enseñó al hombre la agricultura.

De esta manera, se le identificó con las cosechas y con la muerte así como con los ciclos de la naturaleza. Era temible en ciertos aspectos, pero era amigo del ser humano y siempre fue muy justo. La relación que Zeus mantenía con los humanos era mucho más inestable y muchas veces se comportaba de manera predatoria.

Cuando tuvo lugar el derrocamiento de Cronos, Atlas y su padre Japeto lucharon en contra de Zeus.

Pertenecían a la primera generación de dioses y eran leales a Cronos. En cuanto Zeus obtuvo el dominio, exilió a Japeto al Tártaro y condenó a Atlas a que sostuviera el cielo sobre sus hombros. Atlas se convirtió así en la personificación de la matriz geométrica que subyace a toda creación. Como estaba sosteniendo el cielo (del cual su abuelo Urano era la personificación), en realidad estaba sosteniendo o manteniendo la responsabilidad de la línea temporal original. En términos prácticos, se trataba de una carga enorme ya que la línea temporal se había alterado bastante. Es por ello que más tarde se le representó sosteniendo a la Tierra. Finalmente, Atlas fue convertido en piedra cuando Perseo le mostró la cabeza de la Medusa.

Atlas no era realmente un ser humano, aunque tenía algunos aspectos humanos. El que se convirtiera en piedra simbolizó la caída total del hombre en un estado de paralización tridimensional y la matriz artificial del entramado terrestre. La otra cara de la moneda fue que la piedra se convirtió en símbolo del cuerpo cristalino de conocimiento que Atlas había experimentado. Este conocimiento arcano se convirtió en el punto de apoyo de la civilización de la Atlántida, que empezó en parte como una rebelión contra Zeus o Jehová. La Atlántida recibió su nombre por el dios griego Atlas.

Atlas y su mujer Pleione, hija de los abuelos maternos de Atlas, Océano y Tetis, tuvieron a las Pléyades.

Conocidas como las siete hermanas, las Pléyades se llamaban Maya, Electra, Taigete, Asterope, Merope, Alcione y Celaneo. Después de nacer, las hermanas pléyades bailaron en el cielo y fueron muy felices. Cuando se sintieron solas, hubo una gran tristeza en todo el universo y los cielos temblaron. Se convocó a algunos pretendientes, pero ninguno estaba a la altura de la juguetona naturaleza de las Pléyades. Estas se desposaron, pero nunca estuvieron satisfechas. Los maridos hace tiempo que desaparecieron, pero las Pléyades siguen esperando, centelleando en el cielo nocturno y aguardando el día en que sus parejas sentimentales las vuelvan a hacer felices.

Como ninfas, las hermanas pléyades eran símbolos de fertilidad y les encantaba jugar. La raíz del nombre Pléyades significa tanto «jugar» como «navegar». El día 1 de mayo es conocido como Beltane en la religión celta y éste es el primer día del año en que las Pléyades aparecen en el cielo nocturno. Es un festival de fertilidad y popularmente se lo conoce como Primero de Mayo. Las Pléyades se ponen a finales de noviembre.

Estas fechas coinciden asimismo con la temporada de navegación en el Mediterráneo. Los griegos también reconocían a este período como una época de fertilidad cultural. Salían a navegar, explorar y comerciar. La desaparición de las Pléyades en noviembre señala el inicio de la época invernal que pone fin al período de navegación.

Uno de los pretendientes de las Pléyades era Orion, un bello gigante cazador. Existen muchas leyendas sobre este personaje, pero casi todas dicen que se comportaba de manera tosca y codiciosa. A pesar de lo apuesto que era, las Pléyades trataron de evitarlo, ya que su mala educación representaba el pecado original que se refiere al desvío de la línea temporal original. El nombre de «Orion» está íntimamente ligado con la palabra «original». Sus símbolos eran el oso y el jabalí, y era esclavo de sus bajas pasiones. La palabra inglesa «boor» significa una persona ruda, mal educada o rústica y de hecho se deriva de las peripecias de Orion. Era hijo de un campesino de la Beocia, una provincia agrícola de Grecia. El término «boer» se refería a un esclavo o a un campesino sujeto a condiciones similares.

Las Pléyades se quedaron destrozadas por lo que le ocurrió a su padre, Atlas, cuando Zeus le condenó a sostener el cielo. Quedaron incluso más tristes cuando Perseo, hijo de Zeus, le convirtió en piedra con la cabeza de la Medusa. Medusa era el símbolo de la kundalini que asciende hasta el punto en que se convierte en una horrible verdad. Debido a la vanidad de la Medusa y a su descuido por los aspectos más elevados de la vida, la verdad fue liberada en forma de una poderosa corriente, con la kundalini ascendiendo por sus diversas ramificaciones, por la cabeza y el cabello. Era el símbolo de la verdad descontrolada y resultaba demasiado intensa para poderla mirar. Atlas y toda la matriz del entramado terrestre quedaron paralizados y condicionados por la falsa línea temporal. El propio Perseo fue iniciado en los misterios serpentinos y tres viejas sabias le otorgaron el «ojo que todo lo ve». Se trataba de algún tipo de bola de cristal que le permitía ver la verdad.

«Per» significa «a través» y es también la raíz de la palabra percepción. Este cristal le permitía ver la verdad filtrada en lugar de la verdad descontrolada y peligrosa simbolizada por la Medusa. A Perseo se le consideraba un héroe y se le equipara a Quetzalcoatl. Su matrimonio con Andrómeda simboliza la llegada de la raza roja.

Atlas rechazó a Perseo porque era hijo de Zeus. La leyenda dice que Perseo le convirtió en piedra con la cabeza de la Medusa, pero esto es realmente una referencia oculta a la sabiduría de la piedra o del cristal. La piedra representa la matriz artificial del entramado del planeta, que está cerrada, pero también significa la cristalización de los misterios. Este mito representa la horrible verdad que ya había sido perpetrada contra la línea temporal original.

Las Pléyades estaban tan desconsoladas por lo que le había ocurrido a su padre que se quitaron la vida y Zeus, que las amaba por su belleza, las envió al cielo en forma de estrellas. Allí siguen por el momento, invitando a la humanidad a aprender de sus secretos.



Extracto de
ENCUENTRO EN LAS PLÉYADES - EL FENÓMENO OVNI VISTO POR DENTRO
PRESTON B. NICHOLS & PETER MOON

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