Sanar en las líneas del tiempo.

Pleyadianos


Aprender cómo manejar la energía es un proceso que se despliega en todas las vías de la existencia. En vuestro rincón del cosmos, la humanidad está profundamente imbuida en una transformación espiritual a nivel mundial con el propósito de eliminar de los genes una enorme acumulación de creencias sobre el miedo y los patrones energéticos de dolor y separación. El fin de esta transformación es abrir un camino para las nuevas y profundas frecuencias de una mayor conciencia y para estar disponible para todo el multiverso. Toda la humanidad está aquí, junto a una serie de seres de otras dimensiones entre los que estamos incluidos nosotros, para aportar una singular contribución a la sanación de las líneas del tiempo.

Desde el punto de vista humano, debéis estar totalmente presentes en vuestro cuerpo para participar de la manera más eficaz posible en esta transformación. Vuestro AON está mejorando durante estos tiempos gracias a la exposición al rayo cósmico que elimina grandes cantidades de energias de baja vibración que tienen sus raíces en lo más profundo de la psique humana. Conforme se vaya acelerando la vibración de este nanosegundo, el momentum de la transformación fortalecerá el proceso de entrenamiento (en el que las frecuencias más fuertes y más vitales crean un gran poder electromagnético que atrae de manera selectiva a otras frecuencias de la conciencia).

Vuestras percepciones de la realidad se expandirán cuando busquéis detenidamente un nuevo nivel de sentido, además del sentido oculto, de la vida. Cuando mejoráis vuestra conciencia, contribuís con vuestra frecuencia muy personal al continuo crecimiento colectivo y, como ser humano, tenéis que aceptar toda la responsabilidad para ejercitar el poder que os es innato. Esa sanación requiere recordar que sois seres energéticos cuyos pensamientos, sentimientos y emociones crean el mundo con el que os encontráis. Todos estamos involucrados en esta fase multidimensional debido a un acuerdo entre muchas realidades para sanar la mente, el cuerpo y el espíritu de la humanidad, así como de todos aquellos que están conectados con vosotros. La aparición de la inspiración para una nueva visión de la vida en todo el universo también constituye un acuerdo.

Mientras la gran transformación de la conciencia está teniendo lugar en esa línea de tiempo, vuestro cuerpo físico se convierte en la arena para vuestra sanación a todos los niveles.

El cambio está ocurriendo en todas partes. La gente se está dando cuenta de la ilusión condicionada que os aleja de vuestra mayor autonomía y de la adquisición de mayor poder. Las fuerzas que aparentemente os limitan, de hecho os motivan para desarrollar actitudes y habilidades que mejoran la vida y que os proporcionan mayores logros personales. Reconocer el pobre manejo del mundo de los negocios y de los gobiernos os ayuda a focalizar vuestra atención en aquello que es realmente importante en vuestras vidas. El modelo corporativo de éxito se está desmoronando. La gente se está dando cuenta de que los negocios que se basan exclusivamente en las ganancias de las inversiones (donde la acumulación de riqueza pasa por encima de todas las preocupaciones respecto a la salud y al bienestar de la Tierra y sus criaturas) no implica cuidado alguno para sostener la fuerza de la vida de aquellos que están implicados.

El consumismo se ha convertido en una preocupación imperante para millones de personas; esto puede durar tan sólo el tiempo que la gente acepte el marketing de créditos que les conducen cada vez más a la pobreza debido a un lazo infinito de esclavitud financiera. Cuando los códigos internos de conciencia despierten a la gente y ésta vea su propia verdad interna, un nuevo sentido común sabrá que recuperar el poder personal y una mente despierta contribuirá enormemente al bienestar de la humanidad. Ser responsable de uno mismo nutre la mente despierta y supone la verdadera inversión que cambiará el mundo ofreciendo recién encontradas libertades; además, las expresiones creativas serán la mejor restitución de vuestra focalización de energía.

Grandes cambios también están ocurriendo en el sustrato de vuestras células. A nivel subatómico, vuestro cuerpo está siendo profundamente afectado por las energías que emanan de un gran conjunto de influencias celestes que aportan información en forma de frecuencias codificadas de luz. Estos códigos energéticos aparecen para elevar el nivel de conciencia y emerger con una fuerza importante. Como resultado de esta actividad, liberaréis energías retenidas, tanto psíquicas como emocionales, de vuestros códigos de ADN que, a su vez, atraen a vuestra vida los temas que tienen que ser resueltos. Esos temas se manifestarán en vuestra realidad, porque, mientras la gran transformación de la conciencia está siendo escenificada en las líneas del tiempo, vuestro cuerpo físico se convierte en un terreno de sanación a todos los niveles.

El cuerpo humano funciona de manera aún desconocida por la medicina científica convencional. Desde una perspectiva más amplia se os ha convencido de que sois menos de lo que realmente sois. Cada versión de la forma humana es un aparato único de lectura de frecuencias. Ocupáis un cuerpo físico en la tercera dimensión, ya que ése es el método, uno de los protocolos fundamentales para poder experimentar y explorar los matices de lo físico. El así llamado mundo material se basa en una vibración energética específica y ese perfeccionamiento especifico de vuestras percepciones sostiene el acuerdo colectivo. Conforme vais aprendiendo, o tal vez incluso ya lo sepáis, sois mucho más que un cuerpo físico. La presión de la aceleración de la energía afecta a vuestra conciencia física, mental, emocional, psíquica, espiritual y cósmica (cada área del ser es como un dedo de vuestra mano, por sí solo capaz de movimiento y sin embargo, mucho más eficaz cuando trabaja en cooperación con el resto del cuerpo).

Entre los diversos niveles de experiencia, vuestras emociones ejercen, sin duda alguna, el mayor impacto sobre vuestro personal estado de bienestar. Vuestras emociones son lo que os hacen únicos; existe una línea directa entre emociones, actividad cerebral y el modo en que funciona vuestro cuerpo. En un ser humano despierto, una salud vibrante será la señal de poder personal y la felicidad y la paz mental son los elementos más importantes a nivel emocional para conseguir y mantener un bienestar excelente, tanto a nivel físico como mental. El bienestar emocional indica a vuestro cerebro mediante frecuencias que envíe mensajes positivos al resto del cuerpo para que se emitan combinaciones químicas precisas desde la farmacopea interna con el fin de fortalecer y cuidar vuestro sistema inmunológico. Cuando estáis emocionalmente equilibrados, vuestro vehículo físico está más preparado para interpretar las conexiones entrelazadas con otros niveles de experiencia.

Vuestro ordenador biológico es más sofisticado que cualquier tecnología manufacturada, porque la complejidad sinfónica de vuestras respuestas emocionales ante la vida os influye directamente. Recordad que vuestro cuerpo es muy leal: para ello, concederos un inmediato feedback sobre los efectos de vuestros pensamientos y sentimientos. La salud, al fin y a cabo, es un estado mental. La decisión de ver vuestra vida como algo lleno de sentido y el hecho de darse cuenta de que todo ocurre por buenas razones son los resultados positivos de vuestro poder personal. La salud es un bien, y un correcto sistema inmunológico es la clave para una buena salud, y la clave más sencilla para un sistema inmunológico sano es la felicidad. La transformación de la conciencia humana os recuerda que debéis aceptar la responsabilidad personal para vuestra salud y vuestra sanación, ya que sois vosotros y nadie más quienes estáis a cargo de vuestros cuerpos y vuestras vidas.

La habilidad tanto de dar como de recibir amor, en sus múltiples variantes de esplendor, es la verdadera clave de la sanación.

Como ya hemos mencionado, genuinos sentimientos de amor y la apreciación del cuerpo transmiten un mensaje positivo que contiene básicamente señales esenciales para el mantenimiento de una salud excelente. Imbuirse en sensaciones de muerte y desespero, soledad, impotencia, negación, enfado, resentimiento, celos, avaricia y miedo, por el contrario, transmite mensajes negativos que causan una disonancia en el funcionamiento físico del cuerpo. Actitudes negativas atraen efectos negativos. El enfado y el odio son las emociones más dañinas, porque impiden el flujo de la energía vital en el cuerpo. La habilidad, tanto de dar como de recibir amor, en sus múltiples variantes de esplendor, es la verdadera clave de la sanación, porque es la forma que sostiene y afirma la expresión emocional.

La decisión de aceptar la responsabilidad total de la creación de vuestras experiencias vitales os aportará el poder necesario para conseguir un estado mental de claridad y un estado físico de vitalidad. Por unos momentos, clamad a vuestra mente, y después de respirar durante unos minutos profunda y rítmicamente, considerad esta importante cuestión: ¿Es el mundo un lugar peligroso y lleno de temores o es una gran aventura repleta de oportunidades maravillosas para despertar el poder espiritual y trascender los limites establecidos? Vuestra visión de la vida entronca con las creencias más básicas, las cuales determinan las condiciones de vuestras experiencias y dejan improntas electromagnéticas de vuestras expectativas en el campo de la existencia. Todas vuestras creencias tienen un poderoso impacto sobre vuestra salud, porque, dependiendo de cómo os sentís con respecto a vosotros mismos y al mundo en general, afecta directamente al funcionamiento del sistema operativo de vuestra forma física.

Recordad que vuestros sentimientos siempre están relacionados con vuestras creencias (la manera en que os sentís es el resultado de lo que creéis). No importa lo que creáis, vuestro cuerpo seguirá básicamente vuestras órdenes internas (tanto si enviáis patrones de pensamientos de muerte y desespero como de una salud espléndida). Vosotros estáis al mando de vuestra forma física y el estado de salud es un reflejo directo de vuestro mundo interior de pensamientos, sentimientos y emociones. Es precisamente en estas arenas de percepción en las que la gran sanación espiritual tendrá un profundo impacto.

Es importante comprender dónde se halla el origen de los conceptos limitantes respecto a la naturaleza del cuerpo. La mayoría de las ideas se aprende cuando todavía se es muy joven. En el útero, el bebé tiene gran afinidad con los padres genéticos, independientemente de si el padre está cerca o no. Patrones de conductas familiares a lo largo de generaciones, pero jamás verbalizados, están almacenados en la sangre; las creencias y actitudes de tanto la madre como el padre son bien conocidos por el bebé antes del nacimiento. Los niños desarrollan su mente gracias a probar, modelar e imitar el entorno físico, mental y espiritual. Cuando la conducta aprendida entronca con enseñanzas que implican una sensación de impotencia para controlar la salud de vuestro cuerpo, esas ideas plantan semillas de muerte, que enraízan y se convierten en creencia de dudas y desespero, e incluso pueden, en un momento determinado, alejaros de vuestras habilidades para crear una salud vibrante desde el interior.

El poder de la sugestión es bien entendido en el entorno de la medicina científica; sin embargo, su aplicación negativa se puede ver fácilmente con las constantes advertencias de protegerse de las exposiciones dañinas al sol y a la naturaleza, o la necesidad de vacunas que realmente son «cócteles» químicos tóxicos. Y graves anuncios siempre acompañan la llegada de la anual epidemia de gripe. La enfermedad es ahora un gran negocio. Tenéis que empezar a pensar en términos de no contagiaros con todo lo que pasa por el aire, ya que es como infringir las normas y no levantar la mano para alcanzar el balón. Millones de personas se asustan hasta tal punto que adquieren diferentes enfermedades, incluso la muerte, y contribuyen al negocio del miedo porque se les ha enseñado a negar la conexión entre la mente y el cuerpo.

Una aceptación de la muerte jamás cuestionada tras un pronóstico médico puede proceder de diferentes creencias básicas, pero todo se resumirá finalmente en una creencia soterrada con respecto a la propia impotencia, que se podría expresar de la siguiente manera: «¿Quién soy yo para cuestionar la autoridad médica? ¿Qué sé yo? La medicina moderna tiene todas las respuestas. Tengo que tener un seguro médico. ¿Qué pasaría si me ocurriera algo? Yo no tengo control sobre mi cuerpo». El sistema médico, básicamente ineficaz y caro, se sostiene gracias a estas creencias. Desde un punto de vista más amplio, esa sensación de ausencia de poder de cómo crear el bienestar físico ha tenido como resultado un pobre manejo de la energía de los recursos físicos y mentales que se manifiestan actualmente en una epidemia de enfermedades serias.

Una enfermedad es una batalla interior y la gente enferma, en parte, debido a una paralización de su desarrollo mental y emocional, impide el acceso a conexiones y energías cósmicas y espirituales. El deseo de que alguien se ocupe de sanar y cuidar el cuerpo ha creado una burocracia pensada para tratar con las preocupaciones «desde la cuna hasta la sepultura» que, en la mayoría de los casos, se basa en el miedo condicionado y adquirido por la mente.

Para vivir bien y desarrollarse durante estos tiempos de transformación y cambio resulta ventajoso creer en una salud perfecta y aceptar la responsabilidad de que asi sea. Muchos están descubriendo que el intento de la medicina moderna no siempre consigue la curación porque los tratamientos (el uso de venenos caros y medicamentos) son mucho más lucrativos que descubrir la causa y el propósito del desequilibrio físico y/o mental. Ese acercamiento insano a la salud sólo sirve para estresar aún más al cuerpo. Enmascarar los sintonías de una enfermedad con medicación tan sólo encubre los procesos de pensamiento destructivo y la sensación interna de impotencia y ausencia de poder, que son la raiz del problema. Traumas emocionales no resueltos son las causas de una enfermedad. Pensamientos débiles y una vida equivocada debilitan el cuerpo, y la masiva epidemia de enfermedades serias son el resultado directo de que la mayoría de las personas ha aceptado a lo largo de los siglos creencias restrictivas de cómo funciona el cuerpo.

Os debéis preguntar con toda honestidad: «¿Quién se beneficia verdaderamente del concepto que tengo de mí mismo?»

Cada enfermedad, de hecho, es un mensaje positivo de Una parte del ser a otra respecto a vuestra respuesta emocional ante la vida.

Puede que hayáis aprendido a temer a vuestro cuerpo porque se os ha dicho que se puede colapsar sin ninguna razón aparente, que es impredecible, que uno no se puede entregar a él y que no puede fiarse. Estas ideas son ejemplos de creencias limitantes que impiden el flujo de la fuerza de la energía vital en el cuerpo. Cada enfermedad es única para la persona que la sufre y, de hecho, es un mensaje positivo de una parte del ser a otra respecto a vuestra respuesta emocional ante la vida. Una visión respetuosa con la innata inteligencia del cuerpo es necesaria para entender los mensajes del mismo; la validez y el significado de cualquier experiencia de malestar se pierden cuando negáis el poder de vuestros pensamientos y emociones para sanaros vosotros mismos. Los profesionales de la salud, que afirman vuestro poder de estar vivos y vitales en cada momento, considerarán que es un honor y un placer asistiros para descubrir el mensaje que vuestro cuerpo os está transmitiendo.



Extracto del libro "Recuperar El Poder".
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak

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