El juego de la existencia.
Pleyadianos
Una gran ola de energía, llena de códigos de luz y que emana desde el centro de la Vía Láctea, está penetrando en los nuevos territorios del espacio que vuestro sistema solar está atravesando actualmente en su viaje por el cosmos. Esa energía se está introduciendo deliberadamente en vuestro mundo para mejorar y afinar rápidamente la conciencia humana en múltiples niveles de la realidad. El cosmos está lleno de vida, y civilizaciones avanzadas en cuanto a la conciencia están distribuyendo sus conocimientos y logros por todo el campo de la existencia utilizando frecuencias de luz mediante ondas portadoras de información. Una influencia masiva de radiaciones cósmicas, cada vez más importantes, aporta patrones y códigos de soluciones pacíficas y verosímiles para los retos que estáis afrontando a nivel global, revelando a la humanidad una comprensión más amplia del diseño de la existencia.
Una vez seleccionados, estos códigos pueden elevar la conciencia humana con el fin de que pueda resolver los importantes conflictos que actualmente separan a la humanidad debido a guerras, avaricia y tiranía. La multiplicación del caos y de la confusión en la sociedad mundial está estimulando a la humanidad para que despierte y vea un orden superior de valores. Sois más fuertes de lo que creéis y, teniendo esto en mente, debéis permitir que el multiverso os gratifique con algo extraordinario y más grande de lo que os podéis imaginar.
En rotación sobre su sesgado eje. la Tierra es como una preciosa joya que irradia su brillo a las profundidades del espacio y el tiempo. Desde vuestro punto de vista, desde la Tierra, el Sol y la Luna parecen tener el mismo tamaño: sin embargo, en realidad, si el Sol tuviese el tamaño de una pelota de playa, la Luna no seria más que un grano de arena. Las posiciones precisas de la Tierra, de la Luna y del Sol permiten que ciclos de eclipses ocurran periódicamente y ejerzan un profundo y poderoso impacto sobre todo el sistema de la naturaleza. Los eclipses suceden según determinados ciclos que metódicamente interrumpen el ritmo normal de los patrones firmemente establecidos entre la luz del día y la oscuridad.
Los eclipses inician cambios al estimular nuevos niveles de una intensa interrelación; básicamente, remueven la «cacerola» de la conciencia. El eje oblicuo en relación con la órbita del Sol provoca el cambio de estaciones: cuanto más os alejéis de las zonas de influencia del ecuador, más dramáticamente aumentarán las variaciones en cuanto a las temperaturas y las horas de luz y oscuridad.
Vuestros cuerpos crecen gracias a la luz solar; latía el sistema de la naturaleza funciona gracias a las vibraciones de luz pulsante.
Se sabe que los equinoccios de verano y otoño aportan un antiguo código de equilibrio en la Tierra y todas sus criaturas. Dos veces al año, el Sol se sitúa sobre las zonas del ecuador creando una distribución equilibrada de luz del día y de oscuridad, tanto en el hemisferio norte como sur. Este equilibrio aparente entre las horas de luz diurna y la oscuridad funciona como un botón de reset para realinear y actualizar tanto el sistema de la naturaleza como el de la humanidad. Vuestros cuerpos crecen gracias a la luz solar; todo el sistema de la naturaleza funciona gracias a las vibraciones de luz pulsante. La información se distribuye mediante frecuencias de luz, de modo que, cuando las horas de luz diurna disminuyen o aumentan, vuestra conciencia resulta profundamente afectada.
Con menos luz, en los meses de otoño e invierno es natural que viajéis hacia dentro para reflexionar y reevaluar el lugar que ocupáis en ese juego de la existencia (que tiene que ver con el manejo de la energía en todos sus aspectos cósmicos). Cuando aumenta la luz os sentís más atraídos a salir fuera de vuestro entorno para jugar, crear e iniciar cosas.
Cada año, durante la primavera, la naturaleza satisface su promesa de renovación. Cuando el campo se despierta de su sueño invernal, también vosotros despertáis. Las células de vuestro cuerpo advierten el aumento de luz y responden empujando suavemente vuestra conciencia para que se estire y alcance la realidad externa, para ponerse en marcha, para manifestar las ideas sobre las que habéis estando reflexionado durante las lunas más tranquilas del invierno. Vuestras células saben que un aumento de luz es una oportunidad para crecer y expandir la conciencia. Cada primavera, vuestro cuerpo es estimulado para unirse a las nuevas frecuencias de luz para encontrar y emparejarse con las más intensas e integrarlas en vuestro almacén celular personal de conocimiento. Vuestra conciencia se expande junto a la luz, porque las frecuencias de la luz que penetran en vuestro cuerpo hasta el nivel subatómico están cargadas de símbolos que transmiten información.
El multiverso mantiene contacto con todas las dimensiones y versiones de la realidad gracias a una elegante red de frecuencias electromagnéticas interconectadas. Conforme se alargan las horas de luz diurna, vuestros sentidos se van desarrollando nuevamente y, al igual que las plantas, aprendéis a ajustaras a los cambios de la atmósfera, que incluyen nuevos niveles de sensibilidad con respecto a las radiaciones del espectro sostenido por la luz. La radiación es energía que se emite en partículas o en ondas y que se aparta de su fuente. En el cosmos, la energía emitida por un cuerpo es transmitida mediante la longitud de onda a lo largo del espectro electromagnético a través del espacio para ser absorbida por otro cuerpo. Desde una perspectiva terrenal, las frecuencias se miden en hercios, es decir, el número de ciclos por segundo que se mueve la energía en una longitud de onda.
Cuanto más alta sea la frecuencia, más corta será la longitud de onda: formas de onda que tienen frecuencias más altas provocan una fusión, lo que causa que frecuencias más débiles se unan y resuenen con ellas (algo similar a lo que pasa con las vides que se unen para ascender a un árbol y llegar a la luz).
Vosotros sois una fuerza cósmica que produce su propia forma de radiación gracias a los pensamientos y sentimientos.
Las gentes de todas partes se están tornando cada vez más sensibles a los efectos causados por el aumento de la energía procedente de radiaciones cósmicas. En este momento, vivir en la Tierra supone aprender cómo manejar la energía desde la perspectiva del cuerpo tísico. Aceptar la creciente toma de conciencia de que el pensamiento crea la realidad constituye el fundamento para la transformación de la conciencia y del despertar espiritual de la humanidad. Aunque existan otras formas de inteligencia cósmica que ofrecen su sabiduría superior para que podáis navegar por estos tiempos, es vuestra responsabilidad elevaros por encima de la permanente tiranía del miedo y aplicar el poder de vuestra mente consciente para crear la realidad.
Sois una fuerza cósmica que produce su propia forma de radiación gracias a los pensamientos y sentimientos. Al igual que otros ofrecen su ayuda a vuestro mundo, todo lo que aprendéis y lográis en la realidad física se extiende como frecuencia de inspiración al campo de la existencia, y algunas realidades esperan ansiosamente vuestra contribución. Vuestros logros personales y colectivos suponen una contribución importante a todas las realidades; vuestras victorias son regalos que nutren las frecuencias de la versión humana de una transformación espiritual. El continuo flujo de intensa energia cósmica activará nuevos grados de conciencia emocional y expresión que, a su vez, desarrollarán vuestra sensibilidad psíquica; estas energías os estimulan a alcanzar una nueva comprensión de vosotros mismos respecto a vuestro poder para crear sea lo que sea, siempre y cuando dirijáis vuestra energía y atención a alguna meta.
También es importante recordar que para anclar los códigos de una conciencia expandida en la realidad física tenéis que mantener no solo el equilibrio en todos los aspectos de vuestra vida, sino también ser conscientes de cómo comportaros.
El Sol gobierna vuestro sistema solar; la vida (al y como la conocéis necesita una fuente de luz para florecer. Una actividad solar inusual y sin precedentes continuará ofreciendo frecuencias de gran radiación a vuestro sector de la existencia a lo largo del nanosegundo. Esas transmisiones modifican el tapiz de la realidad física. La radiación cósmica tiene un poderoso efecto sobre vuestro cuerpo, porque una mayor actividad en los ciclos crea una estimulación y comunicación más intensa a nivel celular. La energía cósmica interactúa con vosotros y con vuestra versión del campo de la existencia al perforar las capas de patrones en el AD-N, que han sido codificados con una perfecta acumulación de percepciones ancestrales a lo largo de las generaciones.
La energia puede reorganizar vuestras percepciones y situarlas en una nueva perspectiva donde os resulte más fácil desentrañar cualquier patrón emocional autodestructivo (como puede ser el victimismo o el miedo, el odio o la venganza y la violencia); al ver y entender el propósito de estos sentimientos también podéis situar los sucesos en un marco más amplio e interconectado de causa y efecto. Para dejar atrás el infinito y aburrido lazo de repeticiones en el camino de la carencia de poder, tenéis que tomar una decisión y luego imaginar creativamente vuestro propio éxito.
El espacio y la estructura internos de vuestros átomos se pueden comparar con la inmensidad de los cielos. Al igual que el espacio sideral está Heno de estrellas, a nivel subatómico, vuestro interior abunda en patrones rutilantes de luz. La radiación cósmica viaja por el espectro electromagnético y transporta patrones de energia que son como mapas y heliografías para localizar y construir realidades probables. Cuando estas poderosas frecuencias se mezclan con vuestras células, vuestro sistema nervioso convierte esas señales cósmicas en energía eléctrica, de manera que los mensajes llegan tanto al cerebro como a todo el cuerpo en general. Los receptores celulares aceptan esas frecuencias y permiten que pasen por las membranas celulares para viajar por las profundidades del espacio subatómico interno. Salen y entran de esta realidad interna al igual que una lluvia de meteoritos que embellece el cielo aterciopelado de la noche.
Del mismo modo que las palabras son símbolos para reflejar ideas, esas luces rutilantes son símbolos que transportan códigos de los patrones para que exista un gran número de elecciones posibles y de opciones para mejorar la realidad física; no obstante, la decisión es vuestra; vosotros elegís los códigos que implican el camino de recuperación del poder.
Los códigos y patrones ofrecen instrucciones que las células pueden utilizar para mantener vuestro cuerpo en un nivel superior de conciencia con el fin de que podáis adaptaros a los grandes cambios sociales y de medio ambiente característicos de estos tiempos. Las células pueden leer el medio ambiente. La célula identifica todo como frecuencias vibracionales. La energía de la fuerza vital, de hecho, está en el medio ambiente y pasa por las células para ofrecer una ilimitada variedad de selecciones potenciales. Vuestros genes están programados para responder a los estímulos y, con los nuevos códigos que recorren vuestro cuerpo, el ADN puede ser aprovechado como una tabla de circuitos electrónicos con las diversas señales desedificadas y traducidas a nivel subatómico.
El Sol, junto con una selección de otras fuerzas cósmicas, juega el principal papel durante estos tiempos de transformación, ya que entrega frecuencias que vuestro cuerpo, vuestras células y vuestra mente consciente pueden utilizar para mejorar la vida. Cuando vuestro sistema solar pase por las nuevas áreas del espacio, el Sol traducirá los códigos de la conciencia que van apareciendo y los distribuirá elocuentemente por todo el sistema.
Extracto del libro "Recuperar El Poder".
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak
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