Los símbolos son la herramienta para describir lo abstracto.
Pleyadianos
La guerra provoca un caos social insano; libera represiones emocionales que se basan en el victimismo y en la ausencia de poder personal. La violencia y la hostilidad crean unas emociones muy intensas de miedo y, cuando la frecuencia del miedo transita libremente, el mundo entero siente el estrés colectivo. La guerra se ha utilizado siempre para seducir a los humanos para que lleven a cabo prácticas de rituales de sacrificio (la propia Tierra es el altar sagrado). Una y otra vez se ha reclamado a la gente que abandone sus casas para luchar e incluso morir, por una oficial noble causa de una nación o religión. Miles de años de condicionamiento han conseguido que se crea que es un honor morir por la patria o por vuestro Dios. La furiosa revuelta de la guerra no se limita al tiempo; puede explotar en otras dimensiones con una fuerza devastadora.
La muerte y la guerra han sido utilizadas secretamente como ofrenda a los dioses antiguos, como un sacrificio de sangre ofrecido a seres de otras dimensiones que son atraidos por el caos que produce el dolor, ya que las guerras sirven precisamente para eso.
A lo largo del tiempo, la violencia y la sangre derramada han atraído a muchos seres que requieren estas oscuras energías de dolor y confusión para convertir en vasallos a aquellos humanos que controlan el planeta. En este juego. las fuerzas oscuras juegan muy bien su papel y son demasiado poderosas para ser destruidas; hay que enfrentarse a ellas y transformarlas con comprensión y compasión por su propósito. Desde un punto de vista de una mayor comprensión, hay que darse cuenta de que se precisan seres muy evolucionados para aceptar el papel del mal y no quedarse atrapados indefinidamente en estos hechos. Los controladores, de hecho, son importantes participantes en el juego de la verdad; gobiernan gracias a la manipulación psicológica y espiritual porque la humanidad rechaza enfrentarse a su miedo colectivo de recordar el pasado. Incluso con el poder que tienen sobre la humanidad, los controladores están solos, y carecen de verdad y confianza y el riesgo de quedarse atrapados siempre está presente.
Los símbolos son la herramienta para describir lo abstracto (para ayudar a vuestra mente para que pueda comprender lo incomprensible, para anclar el sentido en vuestra realidad).
Como el mundo interior refleja el mundo exterior, ¿qué simboliza la guerra? Aunque los actos de guerra son recompensados, la historia y la agenda de guerra en la Tierra son siempre una batalla respecto al pensamiento «no hay suficiente» tierra, alimento, combustible u oro. La Tierra ha sido utilizada como una puerta y un campo de prueba para la guerra; muchos seres están en vuestro planeta para vencer su tendencia a violar, torturar. asesinar y conquistar; todo para sentirse más poderosos. Esta lección no se limita a la Tierra, y la destrucción de vida es un asunto con el que varias formas de conciencia están jugando como parte del juego de la existencia; vosotros tenéis la libertad de hacer lo mismo, pero también podéis rechazarlo. Y, de vez en cuando, en el momento en que el campo de la existencia está desequilibrado, el sistema se acelera un poco para restablecerse.
Parte del aprendizaje de la humanidad supone comprender el dolor y la destrucción de la guerra y elevarse por encima en su expresión emocional. Nadie gana en una guerra; la guerra separa familias y crea un lazo infinito de violencia que se graba en el APN. En un mundo con ilimitadas posibilidades de guerra, las mujeres dan a luz y crían hijos para enviarlos luego al campo de batalla.
¿Cómo es posible que el éxito o el propósito de la vida se basen en la violación, el asesinato, el pillaje y la destrucción? La guerra es un veneno para el espíritu y el juego de la conciencia reclama que la humanidad se dé cuenta de la inutilidad que supone una guerra y de la necesidad de eliminar esta particular forma de expresión emocional.
Extracto del libro "Recuperar El Poder".
Sabiduría Pleyadiana para un mundo en caos.
Barbara Marciniak
521 lecturas