Estudiando el espiritismo. 1
Allan Kardec
PRIMERA REUNIÓN TRIMESTRAL GRUPAL.
El día convenido llegaron todos temprano y 10 minutos antes de las 20hs, horario en que empezábamos las tareas, apagamos los celulares.
A la hora señalada, comenzamos la lectura de un librito de preparación de ambiente, (puede ser: “Palabras del Corazón”, de Meimei, psicografiado por el médium Chico Xavier cuyo pdf sale gratuito por internet para imprimirlo), y posteriormente los comentarios y dudas aprovechando que estábamos todos aprendiendo.
–David –dijo Gianina, una de las compañeras, luego de leer un capítulo cortito al azar de una sola página–, ¿por qué algunas personas dicen que la Biblia prohíbe el espiritismo y además que es cosa del “demonio”? Si leemos “El Evangelio según el Espiritismo”, que son las enseñanzas de Jesús explicadas racionalmente, además de los libritos espirituales para preparar el ambiente y después pedimos por la Paz en el Mundo, los enfermos, por los niños y ancianos desamparados y tenemos cuadernitos con gente necesitada para orar por ellas, no entiendo estos argumentos que hasta lo repiten de memoria.
“Dentro de mí, analicé que si existiese un “demonio”, debería ser muy tonto, debido a que estaría predicando e incentivando a poner en práctica las enseñanzas de Jesús y el Amor al prójimo, ya sea a través de la fluido terapia, la tarea de vibraciones o el estudio de “El Evangelio según el Espiritismo”, entre otras cosas, además de actuar humildemente y sin lucrar en la ayuda al semejante y por lo tanto, “¡estaría yendo contra sus propios intereses!”, no sólo eso, ¡sino que incluso le haría “propaganda” a su supuesto “rival” al recomendar actuar en base a las enseñanzas del Cristo y predicar que Dios es todo Amor y Bondad! Pero no dije nada”.
Medité unos segundos, debido a que Meimei estaba a mi lado para inspirarme, sintiendo que era importante no dejar margen a dudas.
No obstante, su hermosa sonrisa cómplice no dejaba de admirarme el sentido de humor que tenía. Estando sintonizado mentalmente a ella, contesté:
–Antes que nada, en el siglo XIX, se manejaban prácticamente dos palabras: materialista y espiritualista. Los primeros no aceptaban nada que estuviera o existiese fuera de la materia, y los segundos, los espiritualistas, creían que existía algo diferente de la materia, ya sea en sí mismos o fuera de ellos. Por eso, cualquier persona que profesaba una religión y creía en Dios o con el nombre que le diera, ya era considerada espiritualista, porque difería de todo lo que era materia. Así estaban divididos. Pero el 18 de abril de 1857, surge “El Libro de los Espíritus”, Codificado por Allan Kardec y dictado por una pléyade de espíritus superiores dirigidos por El Espíritu de Verdad, prometido por el Cristo.
Por eso Allan Kardec no fue ni su “inventor” y mucho menos su “fundador”, sino el Codificador de tantas preguntas sometidas a las respuestas del Plano Superior por diversos médiums desconocidos entre ellos. De la concordancia de dichas respuestas, recién las daba por confirmadas, no antes, porque sería un caso aislado si hubiese sido dado por un solo médium. Al principio dicho libro salió con 501 preguntas y respuestas.
Pero Kardec se encontraba con un inconveniente, porque para ciencias nuevas, necesitaba palabras o denominaciones nuevas. Por ejemplo, cuando surgió internet también comenzaron a usarse nuevos términos, ya sea el “USB”, “mouse”, “modem”, etc.; en los celulares pasó otro tanto, con palabras como “Whatsapp” o “mensaje de SMS”; en la ciencia cuántica también con términos como la “energía radiante” que se condensaba formando los cuerpos sólidos a través de la aglutinación de átomos y moléculas, y así por delante. En este sentido, en el espiritual, y siguiendo la misma línea de coherencia, el Espiritismo, que surge como una nueva ciencia, no podría estar ajena a estas nuevas denominaciones.
Hice una pausa para ver si tenían alguna duda, miré nuevamente a Meimei ya que las palabras brotaban suavemente debido a su inspiración y proseguí:
–Luego surgió la segunda edición de: “El Libro de los Espíritus”, codificado por Allan Kardec, más completa en vista de las revelaciones y concordancias, llegando a 1.01929 preguntas y respuestas. Por lo que éste libro tiene sus raíces en la Espiritualidad y no en un hombre falible, en este caso Allan Kardec, que por más inteligente que haya sido, por más instruidos que seamos, nunca tendremos la verdad única, absoluta, sino que sería una opinión personal y nada más. La elaboración de ésta doctrina está basada en la Espiritualidad y fue elaborada por el Espíritu de Verdad, prometido por el Cristo en su momento y que vendría en la hora cierta a “enseñar” todo lo que Él nos dijo y hacernos “recordar” Sus enseñanzas.
Si fuese a enseñar lo que Jesús nos transmitió, fue porque no pudo en aquella época revelarlo todo, sino hablar por parábolas y más aún a espíritus limitados que no podían comprender cosas básicas, como la electricidad y el magnetismo, pero si además iría a hacer “recordar” lo que “Nos enseñó”, es porque previó que Sus enseñanzas en el tiempo serían desvirtuadas o peor aún, adulteradas. Es importante para comprender todo lo que vamos a estudiar, entender antes lo que el Cristo afirmó en su momento de cara al futuro: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce”... “a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Jesús no habló en vano, no enseñó ni reveló todo por lo ya expuesto, no estábamos preparados en aquella época. Es por eso que el Espíritu de Verdad, que comanda una legión de espíritus superiores, transmite estas revelaciones a través de diferentes médiums por todo el planeta, pero la “mayoría” de las personas todavía “no pueden verlo” debido a la falta de mediumnidad y desarrollo del sexto sentido naturalmente, no obstante, pueden sentir la espiritualidad a través de sus corazones y eso ya es suficiente, sino este mensaje sería únicamente para los médiums.
Vamos entonces a ver cómo estas enseñanzas, que llegó en el momento oportuno y dirigida por el Espíritu de Verdad, dio forma a la Doctrina Espiritista, Espírita o de los Espíritus.
–Entonces no entiendo muy bien la confusión –agregó Valeria–.
–Es que aquí viene el tema –respondí–, pero antes quise hacer esta introducción. Por inspiración superior, Allan Kardec tenía que dar un nuevo nombre a una nueva doctrina. El materialista no creía nada más que en la materia, como dije, por lo que estaba definida claramente su postura. No obstante, el espiritualista creía en Dios y que existía algo diferente a la materia, pero de ahí no se sigue que creyese en la existencia de los espíritus. Es más, un espiritualista podría haber dado una conferencia hablando de que los espíritus eran “ilusiones”, incluso negando su existencia o en caso de aceptarlos, que eran “demonios y la biblia prohibía la comunicación”.
Imagina por un instante que un conferencista espiritualista en aquella época hablase lo peor del Espiritismo aún ignorando de qué se trataba por falta de investigación y que sólo se comunicaban los “espíritus endemoniados”, aunque fuera de un propio ser querido como ser su padre, madre o una abuela, pensando que la personalidad cambió por “arte de magia”, sin argumentos de peso, por falta de un estudio serio. Entonces esto hubiera producido un caos mental en otras personas ávidas por conocer las leyes espirituales, debido a que no había una clara división al respecto y dejaba margen a confusiones y dudas, ya que un conferencista espiritualista, podría hablar de la existencia de los espíritus racionalmente o no, lo que hubiera sido una “sorpresa” con quién te encontrarías disertando, más en aquella época como dije.
Fue por esta razón que cuando salió dicho libro el 18 de abril de 1857, en París, Francia, en “El Libro de los Espíritus” aparece por primera vez la palabra Espiritismo o Espiritista para designar la Doctrina que dictaron los propios Espíritus, y a sus adeptos Kardec los denominó de espíritas o espiritistas, por lo que antes de 1857 este término no existía como tal. En conclusión, todos los espiritistas son espiritualistas, pero no todos los espiritualistas son espíritas o espiritistas, es decir, que creen en la existencia de los Espíritus y que ellos mismos son espíritus y sobreviven a la muerte física, continúan con su individualidad y por eso mismo pueden comunicarse o hacerse sentir de diferentes maneras a sus seres queridos, porque parten con todos los afectos y sentimientos que tenían en la Tierra, apenas cambian de estado vibratorio.
Como definición para que quede más claro, los Espíritas o Espiritistas creen en la existencia de los Espíritus y su sobrevivencia a la muerte física con su individualidad, pero los espiritualistas no necesariamente aceptan su existencia y hasta lo pueden negar.
–¡No entiendo!–, exclamó nuevamente Gianina más desconcertada.
¿Entonces sobre qué fundamentos esta persona casi me prohibió que estudie la existencia de los espíritus asustándome?
–Sobre esto no puedo responderte –dije–, debemos analizar todo.
¡Es lo mismo que te digan que en la Biblia sale que está prohibido ver “Netflix”! ¿Cómo pudieron prohibir algo que no existía en aquella época? Salvo que haya sido adulterada o más aún, desvirtuada las enseñanzas de Jesús, haciendo una comparación lógica, en los diferentes Concilios. Además, ¿tanto es el ego que tenemos pensando que La Biblia “es la palabra del propio Dios?”. El Creador está mucho más allá de “dictar” un libro, su propia “biografía” a los hombres y encima sentenciando que es “palabra santa”, es decir, que ni siquiera podemos analizar ni pensar qué es lo que quiso decir, apenas aceptar todo sin más cuestionamiento.
¿Por acaso con este argumento no dominaron al pueblo inculto e ignorante durante décadas amenazando con un supuesto Infierno Eterno si se portaban mal? No dudamos que hayan sido seres superiores a la época que legaron tan valiosas enseñanzas y lecciones históricas, pero los religiosos lo adaptaron a sus conveniencias con el tiempo.
–¿Cómo pudieron alterar el Nuevo Testamento? –preguntó–.
Miré mentalmente a Meimei, y recordé lo que ya había escrito por inspiración en un libro anterior, a lo que respondí:
–Hay una versión antigua de la Biblia por Casidoro de Reina en 1509, revisado por Cipriano de Valera en 1602, luego otras revisiones en: 1862; 1909; 1960; 1995 y 2011. ¡Pero La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, haciendo otra revisión y agregando “algunas cositas”, lo volvió a publicar en setiembre del 2009! Sólo que ahí no termina el tema, un traductor independiente de Managua, Nicaragua, comenzó otra revisión en el año 2013 de las dos versiones, tanto de Valera como de Reina, diciendo que estaría listo aproximadamente en el año 2015, e ignoro qué más pudieron agregar, quitar o distorsionar.
–Ahora es como si se me aclararían varios conceptos que tenía de la Biblia –respondió–, por lo que entiendo que en “El Evangelio según el Espiritismo”, codificado por Allan Kardec, el plano superior dictó las parábolas que creyeron más convenientes aclararlas racionalmente y sin alegorías ni metáforas, evitando su distorsión actual.
Nos sonreímos, más que todo por haber analizado este tema recurrente en muchas personas dogmáticas y otras por ignorancia, y más que nada, por conquistar más una vez la convicción de “tener una fe que puede mirar frente a frente a la razón en todas las épocas de la Humanidad”, tal como lo dijo Allan Kardec.
“Miré de reojo a Meimei por las comparaciones que había hecho y me sentí feliz que sonreía dándome a entender que el sentido de humor sano, sin malicia y que sirvieran para poder analizar las enseñanzas espirituales, nos eleva también la vibración. Nunca dejaba de sorprenderme su jovialidad y siempre estaba con una sonrisa franca. La cara severa o querer parecer “importantes”, no nos hace ni más espirituales ni más inteligentes, apenas muestra la amargura y el ego de la persona”.
–Con respecto a la palabra “demonio” –aclaré–, se popularizó con Sócrates mucho antes que surgiera el cristianismo, ya que él decía que escuchaba una voz misteriosa y lo utilizó para definir a su espíritu o genio familiar con quien conversaba, y por eso esta palabra surge por primera vez en esa época, casi 500 años antes del nacimiento de Jesús.
Además, este vocablo griego, (daemon), fue utilizado mucho antes del cristianismo como ya lo aclaré, para explicar la existencia de espíritus, siendo neutra su definición, incluso Platón en varios de sus diálogos utilizaba a los demonios (o espíritus), como intermediarios entre los dioses y los hombres, especialmente en el “Fedón”, de Platón, donde habla sobre la sobrevivencia del alma con Sócrates, en sus últimas horas de vida antes de ser ejecutado. Es decir, necesitaban “etiquetar” o “dar un nombre” de alguna manera a los seres espirituales, ya que no tenían una idea clara de cómo llamarlos o definir a los espíritus o invisibles que no entendían pero siempre existieron con diferentes nombres, y en esa época el nombre “demonio” simbolizaba un espíritu neutro, podía ser bueno o malo, tal como sucede en nuestros días.
Entonces, al principio significaba un ser sobrenatural o divinidad, neutro de carácter como dije, pero cuando el Padre Jerónimo codificó la Vulgata Latina, es decir, el Nuevo Testamento, casi 400 años después de la crucifixión de Cristo y 900 años desde el nacimiento de Sócrates, la Iglesia le atribuyó una personalidad malévola, diabólica en su traducción al castellano, vestido de rojo y cualquiera que se portara mal sería castigado por este ser. Se sometió durante varios siglos a la Humanidad al temor de ir a un supuesto Cielo o Infierno eternos, siendo que ambos son estados de consciencia y no lugares geográficos. Por lo que desde ahora podemos comenzar a construir, a cada día que pasa, ese Cielo dentro de nosotros mismos, en nuestros corazones... o todo lo contrario, crear nuestro propio infierno interno, y eso depende de cada uno.
Este trabajo de iluminación interior, es individual e intransferible, por eso apenas brindamos las herramientas que nos proporciona el plano superior, que es la tarea de vibraciones, y nadie lo puede hacer por otra persona, quedando a su libre albedrío qué tipo de conducta llevará, cuál será la calidad de vida mental en la que se sentirá más cómoda y querrá vivir...
–¿Entonces por qué hacen publicidades tales como: “Espiritista poderoso realiza amarres en 24hs”, o “Espiritista destraba trabajos fuertes?” Más aún: “Resultados garantizados o le devolvemos su dinero”–, preguntó Norberto.
Todos nos reímos de la oportuna pregunta que se veía tan a diario, causando confusión en tantas personas desprevenidas y sin tener el más mínimo conocimiento en lo que se estaban metiendo cuando recurrían a esta gente sin escrúpulos.
–Entiendo que sí hay publicidad también de personas que dicen curar enfermedades en 24hs, sin remedios y de manera “infalible”, “caso contrario le devuelven el dinero”, cosa que dudo mucho que lo hagan.
Haciendo una comparación clara, por ejemplo, si sucedería con algún tipo de medicamento con efectos secundarios graves y generalizados, los responsables de las instituciones de medicina saldrían a aclarar el tema para evitar confusiones y hasta harían la denuncia correspondiente. Esto por un lado –contesté inspirado–.
Haciendo una pausa para captar la idea de Meimei que sabía mis reparos, pero no podía ignorar la realidad que se vivía, continué:
–La diferencia es que la gente sabe de qué se trata la medicina, está informada por los especialistas y además concurren a sanatorios, clínicas y hospitales para ser atendidas, por lo que es más difícil que los engañen ya que hay una idea general al respecto, no obstante siendo una de las ciencias más antiguas que existen. Pero lo mismo no sucede dentro de las grandes instituciones espiritistas. Sus dirigentes, los responsables de difundirla no sólo en discursos sino en los hechos, como ya lo habíamos hablado, están apáticos al respecto y la gente ignora de qué se trata. Si no fuera así, ¿pasaría esto? Cuando alguien tiene un problema espiritual, recurre desesperado a un “mano santa” o cualquiera que aparezca “recomendado” por los trabajos que hace.
Como hablamos muchas veces, no se ve ningún cartel ni aviso en las principales instituciones espiritistas que rigen los destinos de esta Doctrina cristiana en la Argentina, de forma clara y sin equívocos, como sí lo hacen otros templos e iglesias de ayuda al semejante, con días y horarios de atendimiento gratuito y fraterno a los desesperados, sin lugar a dudas ni equívocos, de manera específica y no como complemento de otros trabajos, para luego orientarlos a fin de aplicar la fluido terapia en los necesitados.
¿Por acaso cuando vas a un hospital o clínica no hay carteles bien definidos con avisos de horarios? ¿No se hace una consulta previa para determinar cuál es el problema antes del tratamiento? Aquí sería lo mismo, un hospital de almas, sólo que no lo hacen ni ponen en práctica toda la teoría que predican. Por eso nos queda hacer lo que el plano espiritual nos está indicando, pequeños grupitos de vibraciones y estudio, que se vayan multiplicando, en donde el ego y orgullo no reemplace a la caridad ni fraternidad cristianas, aclarando las confusiones reinantes. Tener cuadernitos para vibrar por los necesitados, como también aquellos que tengan buena voluntad de aplicar la fluido terapia donando tiempo de manera gratuita, en fin, hay mucho trabajo que no se hace debido a la falta de consciencia de estos dirigentes, en que sus mentes están más pendientes de las reuniones sociales y figurar en fotos que el servicio al prójimo, sino esto no ocurriría.
El Espiritismo, también llamado: “El Consolador prometido por Jesús” que vendría en el momento oportuno, como ya lo hablamos, es justamente para esto, consolar, aliviar, serenar, calmar dolores del alma a través de la fluido terapia, que en el pasado los apóstoles del Cristo lo hacían por medio de la imposición de manos, de una palabra amiga, aliviando el corazón de los desahuciados espiritualmente por haberse desilusionado de sus templos de piedra... como decía la introducción del libro citado al principio: “Mereça ser feliz”, (Merezca ser feliz), dictado por el espíritu Ermance Dufaux al médium brasilero Wanderley S. de Oliveira, y ya lo comenté con ustedes: “Duela a quien duela, hoy tenemos que admitir: existe un “espiritismo de los hombres y el Espiritismo del Cristo”. ¡Y no siempre ellos caminan en la misma dirección!”.
A esa altura no quise hablar más al respecto, pero Meimei seguía con preocupación la realidad que ella misma había comentado un poco antes, y ahora surgía nuevamente con las preguntas de personas que ya estaban estudiando, sin comprender tanta falta de información y esclarecimiento al respecto, por los responsables de las mismas.
Extracto de Allan Kardec. Entre la Tierra y las Estrellas
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